miércoles, 17 de marzo de 2010

...viento en la cara.

Convivimos a través del tiempo, entre caminos diferentes, sobre arena congelada, en un vagón que nos solía entregar al amanecer. Sus ojos, como su carne, eran pura rosa roja purpura en la oscuridad.

Sobre un instante cualquiera, de pronto, una ser de esos que vuelan cruzó a nuestro lado, uno de nosotros lo señalo con la mano…. Susurraste que era un ave de aquellas de Chéjov y me contaste
:

En un vuelo “La gaviota” se junta la grandeza del drama, con la arrebatadora personalidad de los personajes. Cuando lees la obra quedas absorta, prendida de un imaginario vuelo de una gaviota y te vas dejando llevar en un mar se deja de palabras, a veces angustiosas, a veces terribles y otras incluso cómicas. Chejov pulverizo las normas no escritas del teatro con esta obra y mezclo vida y literatura. Se me ha ocurrido que a tu lado parezco Arkadina pulverizando las esperanzas de su hijo Treplev, hasta sin saberlo eres capaz de decir frases literales de el en la obra….te he visto escuchando música y diciéndome aquello que decía Treplev:

"Sí, me estoy convenciendo cada vez más que no es cuestión de formas viejas o nuevas, sino de escribir sin pensar en ninguna forma, escribir porque fluye libremente del alma".

..y me das miedo, te veo como Treplev, tu manuscrito esta en tu cabeza y terminaras…….


Pero no te deje terminar, pura rutina de llevar la contraria y te conté otro susurro:

Prefiero otra gaviota, prefiero mejor ser Juan Salvador, gaviota cansada de su vida en limites y con el deseo volar. Si no funciona, pues seré Juan, evitando competir, en soledad, aprendiendo, mientras aprovecho y llevo un vuelo feliz.

Eso fue hace muchos instantes, muchos segundos, días, meses, años… hoy nada de aquello queda vivo, ni el gesto, ni el verbo que accionaba el gesto. Es solo un flash en el tiempo, la mano señalando, la gaviota que aprovechaba la racha para su movimiento, el roce filosófico de asombro frente a un mar pura calma……

La vida como un vuelo laso debajo de un infinito cielo, sobre una tierra ovoide. Un vuelo rodeado de trazos de ansiedad, para encontrar respuestas, a las preguntas de ala ancha. Y en el vuelo, con cada yarda explorada las respuestas empiezan a llegar, y con cada respuesta, nuevas preguntas, y te das cuenta de tu condición de alma insaciable, Unchained Melody, y en el flujo del vuelo, no se detiene nada, ni se detiene el viaje.

De entre los flashes rescate esta melodía olvidada, aquella potente voz de Darius Rucker que me tenia absorto, Let Her Cry - Hootie & The Blowfish, dejala llorar:


Se sienta sola en la farola, intentando encontrar una idea que se le escapó. Dice que el hombre al que más ama es su papá, pero el está muy lejos.
Ella no me deja entrar. Solo me dice donde ha estado, cuando demasiado. Le digo que no me importa y dejo correr mis manos, por su negra cabellera y le ruego a dios… Me tienes que ayudar a volar
Y solamente:
Déjala llorar… si las lágrimas caen como la lluvia
Déjala cantar: si esto alivia todo su dolor
Déjale irse: déjala en su paseo directamente
Y si el sol sale mañana
Déjala ser: déjala ser.
Esta mañana me desperté solo, encontré una nota en el teléfono diciendo “Quizá volveré algún día”. Quise buscarla, camine y yo no sabia lo que debía hacer, me senté a tomarme una cerveza y sentí pena por mi…

Anoche intenté irme de aquí y ella lloró tanto que simplemente no lo podía creer que fuera la misma chica de la cual
me enamoré hace tanto tiempo
Se fue a la parte trasera
A drogarse
Me senté en mi sillón
Y lloré
Gritando, oh mamá por favor
Ayúdame
¿No me tomarás de la mano?