miércoles, 19 de mayo de 2010

Plexo de tonterías….


Tengo una canción en la cabeza o tengo una cabeza que es una canción (aun no se). 26 de septiembre de 1969, (apuntito de nacer me andaba), sale a la venta un disco titulado “Abbey Road”, contiene 17 canciones, la cuarta canción grabada entre el 20 de abril, 11 de agosto de 1969 “Oh! Darling”. Quizás no es la canción mas conocida de los Beatles pero si de las cinco mejores, sin duda una de esas ocultas canciones importantes para una vida, mas que por su letra por el momento, por la confluencia de los astros al sonar….

…. Y tengo tantas canciones como kilómetros de vida vivida, tengo suelo en mis sueños para ir a la luna, tengo un gigante con cuatro ojos que me hace reír, tengo un cajón lleno de ganas y otro con razones suficientes para olvidarme de mi y entre tanto que tengo, tengo palabras como caricias y soy afortunado de tener un mundo entre palabras donde nace mi mejor verdad, la que desconozco de mis labios, la que me traen mis manos, palabras furtivas en la noche, caricias sin explicación.

Y entre las palabras y las caricias voy anidar, voy a dejar escondido entre las sombras todo el amor que puedo llegar a dar, para dejarlo reposando y viviendo entre caricias infinitas, para poder vivir sin su peso en los momentos difíciles.

….y dejarme en solo una sombra...

No sé cuando, ni si quiera como, pero hace tiempo que pasó, me transforme en sombra, sombra decidida, cabezota y silenciosa, que avanza cubriéndolo todo, escondido en la mañana, ausente al medio día y avanzando en la tarde hacia la noche, y cada noche ahí, paso para recoger el calor que necesita, para cubrir de sombra lo que hacía falta, y acariciar lo que esta sin falta. El resto, solo es resto que habita entre mis manos, para ser deseo, para ser lujuria, o para ser nada.

Y cada mañana al despertar la misma idea, esta ahí para seducirme, cada mañana estaba entre mis dedos la noche anterior, y al despertar se deja todo en distraído por mis ganas. Y los días se transforman en un plexo de agujas de cristal, en pluma inmóvil, en horas-frases aleteando y comprimiendo el silencio. Y los días son una pequeña eclosión de la nada, que colman minutos, horas, segundos, mientras quema la garganta sedienta de beber. Y los días solo son luz difusa de resguardo, donde se abre la grana esperando a la noche que insomne se revela en este pequeño regazo en llamas.

En mis manos cada noche deseo, cada una recuerdo, cada una buscando la musa, la inspiración de las ganas... Y aún hoy deseo, mientras la noche se funde en olores y sabores de la nada que jamás volverán, esos olores tan maravillosos, tan excitantes, que nunca supe encontrar, que nunca supe elegir.

En mis manos cada noche lavo cada rincón, deshilo los últimos restos, re-escribo rutas de instintos imaginados, cambio letras de nombre, e intento resbalar entre tildes incompletos... con sin razón, pero sin la razón…mirando de lejos, con el cobijo del hogar, con la ternura prestada de una noche sobre un plexo de llamas.