miércoles, 15 de septiembre de 2010

Solo un instante comestible

Y está sentada en el vértice, sobre un pequeño y mohoso embarcadero, gris, las maderas son viejas, agrietadas, casi podridas, tienen vetas abiertas, áridas y ajadas de un sol constante en el tiempo, sin embargo, allí sentada ella posee esa sensación de solidez que tanto añora y que tanto incluye en el debe, sobre el tiempo...

Pereció embarcada sobre veleros de locura en no pocas ocasiones, en su deseo, embarco hacia playas ingrávidas, y su resto la llevo a múltiples horizontes donde olvido sus ganas, entre costas de percepción placentera. Se perdió sobre la espuma del mar, convirtió la cresta de olas en un laberinto de malezas saladas, de maltrechos intentos, de vuelos embarrados sobre arena marchita que lastimaron la huella de sus pies descalzos. Rodeó cantos de sirenas, monstruos de mil cabezas, cazo pájaros del Estinfalo, robo el cinturón mágico de Hipólita y rozó espejismos con la punta hoy quemada de sus yemas…

La llaman “vida”, pero ella me dijo un día que ese no es su nombre verdadero, que le pusieron ese nombre tan solo para transcender, que ella tan solo es “instante comestible”, que el resto es cosa de enciclopedias y de sueños…

Ella me conto que es distraída, intuitiva y alocada….que no sabe ni cuando, ni como, ni porque, ocurren las cosas, pero transcurren, y que siempre siembra sabores sobre lo que nace, y que después saborea el fruto con todos sus sentidos, que no piense que esta varada o cansada, que siempre araña fuerzas sin darles alternativa de conjugación en hipotético….

…y allí sigue, cobijada en la nada, sobre el embarcadero, los vientos la atentan con caricia sobre su rostro, y esta calina, con la visión oteada en lejanías suaves, observando la letanía de las olas y deseando la otra orilla sobre su memoria.


El espejo de las aguas me conto que algunas veces cuando el viento esta calmo, sonríe su rostro y ella sonríe de su rostro.... que otras veces su visión le hace daño, que sus ojos poseen una mirada de sueño triste, de miedo tranquilo, de soledad consentida, solo ve en ella desaliento de la inmensidad de tanta permuta…

Se emborracha de la luna y deja que el sol la recorra con su calor mientras vive… hace años se inundo de sensaciones que viven allí, al otro lado del mar, deseos salados, colores calados, melocotón, calor y agua..., sin ella sueña, sin ella no goza, y mantiene su deseo en llama de necesidad vital, de líquido vital, de ilusión vital…

Ella me conto que posee el saber más triste y más alegre al tiempo, que aprendió sobre el guion más macabro y torturador cual era su capacidad de amar, su capacidad de no darse por vencida, y su capacidad de tener capacidad….y que esa sensación de frescura impoluta la deja tranquila, sabe que tiene las armas, solo espera sentada sobre el viejo embarcadero a que las ocasiones la golpeen y se deja transcurrir mientras el viento se acerca....

Pero... Sus ojos están bajo la tierra



Her eyes are underneath the ground (Sus ojos están bajo la tierra),
Antony and The Johnsons
Sus ojos están bajo la tierra.
He oído el ruido de las lágrimas.
Nadie puede detenerte ahora.
Sus ojos se deleitan al sol.
Nadie sabe por qué hizo las cosas que hizo.
Tierra, trágame.
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