sábado, 4 de diciembre de 2010

Saudade


Cada vez que llego no quiero recordar, ni saber lo que perdí, ni recuperar lo que aprendí, solo quiero atardecer sobre la luz fado de esas calles, recorrerlas empinadas, trastear sobre miradas, sobre calles estrechas y pasar... pasar… pasar de tiempo sin hacer nada…

…me gusta su olor a viejo, y sus paredes enmohecidas, y las luces y sus sombras, y las palabras que no entiendo, y la vista azul del final de cada calle…. Me gusta trastear con cualquier cosa, imaginar y soñar…inventarme perdido…me gusta porque huele a mar…a gente que pasea… a canciones olvidadas…me gusta su sabor melancolía perdida y mezclarla con la mía… cuando llego allí algo de mi huele a mar ahogado…me gustan los tenderetes de las viejas damas vendiendo claveles y rosas blancas, me gustan los tejadillos sobre las puertas, la ropa tendida, la memoria perdida…

…me gusta desaprender todo lo que me hace llegar allí…me gusta todo lo que deje allá, entre las piedras… me gusta cuando gira el vinteoito por las calles estrechas, y cuando el policía le abre paso abajo en la praça …me gusta captar la esencia sin prisa de las gentes que allí viven, me gusta el traqueteo de los viejos con su cachaba, arriba en el mirador… me gusta retener la razón mas intima de la nostalgia de esas calles… el aroma, partículas sin vida de polvo que se posa sobre las manos…entre los dedos… siglos…años….

…me gusta cuando decido marchar y susurro no volveré mas…

…y me gusta la traición de mi mismo que lleva de nuevo allá… por un aquello de lo que le da se lo quita… tantas formas de vida desvanecida, ilusiones, sueños, nostalgias y solamente vida…

…me gusta el universo piedra sobre nostalgias de su fortaleza, y me gusta la sensación de robustez y su nombre… “una vez ella me dijo que todos los homónimos son igual de fuertes, resisten”

…la gran fortaleza, quizás la vista más bella sobre todas las calles… recuerdos de la roma clásica y sus siete colinas… recuerdos de vida siempre en ausente…al llegar allá lo primero que percibo es la sonrisa que ella exprime, “meu louco Espanhol” ese es el acento donde el mundo se detiene, y la vida carece de sentido, sin recuerdos, sin emociones, nada aflora y uno encuentra más que nunca, como la nada como parte de sí mismo… desde esa atalaya que ella me dejo construir, porque así lo quería… solo se ve olor de mar, rumores de una vida prendida a ritmo de fado… a ritmo de puerto resistido la tentación de calma y sosiego … sin duda éste es el mejor puerto para sentir nada sobre nada, y navegar en una nada olvidado….. nada humeante entre las manos, mirando calles, río, mar y gentes… pensando en toda la gente que salió y nunca volvió, nadando sobre lo que significa vivir y lo que re_significa ser feliz.

Ella dijo un día: “todo mundo tem um fado, eu vou te dar o seu”... escogio Mariza, dice que es como ella, que no pertenecen aqui, que nacieron de la tierra del futuro de la tierra de la luz... me conto que Mariza es de Mozambique y ella de la República de Cabinda, perplejo de no saber de que me hablaba, imaginando un cuento que ella contaba, y no era…por fin eligió y me mostro mi fado….”Chuva”…dijo “Não vi uma chuva de homem mais” y directamente se puso a recitar aquellas palabras con en esa lengua romance:

Las cosas vulgares que hay en la vida, no dejan melancolías, solo recuerdos que duelen
o hacen sonreír

Hay gente que se encuentra en la historia, de la historia de la gente y otras de quienes ni del nombre nos acordamos de oír

Son emociones que da la vida, la melancolía que traigo, aquella que tuve contigo y acabé por perder

Hay días que marcan el alma y la vida de la gente
Y aquel en que tú me dejaste, no lo puedo olvidar

La lluvia me mojaba el rostro, frío y cansado. Las calles que la ciudad tenía, yo ya las recorrí. Ay… mi llanto de muchacha perdida, gritaba a la ciudad. Que el fuego del amor bajo la lluvia, hay instantes en que muere

La lluvia oyó y calló mi secreto para la ciudad, y he aquí que golpea contra la ventana trayendo la melancolía............................Mariza - Chuva

“Saudade y chuva”…un péndulo de cadencia incesante, camino, nostalgia, pasado, y sentido inverso… magia que deja el alma serena y milenaria… que transmite luz y vida… fados, y “saudade” sobre sueños truncados… Ella hace años decidió abrirme su puerta, sin datos, sin nada…como techo desilusiones, daños y desengaños…Ella me abrió su puerta y yo me enamoré de Lisboa, de sus misterios, de esa luz que acaricia con aroma a rancio, de esa “saudade”, de todas esas razones susurradas en las esquinas para continuar…

… vida al fin y al cabo, y disfrute de destino… sensaciones, sentimientos, profundidades, y vacios….al margen de datos técnicos… Lisboa es un barco zozobrado que la mar deshace, mientras sigue viviendo