lunes, 27 de junio de 2011

Una gran nube gris....

Llueve sobre la ciudad esta noche, la recorre ese viento fugitivo que termina vaciando de agua la lluvia, dejando que las gotas naveguen en alevoso horizontal. Sobre la cortina de agua, expósito, me dirijo a la vieja cantina.

Cuando entre en la cantina eche el vistazo de rigor, los cuatro gatos de costumbre y Peter, el camarero inefable, lucia febril entre la niebla, tiene el perfil más calmado y agonizante que he visto jamás, elegante, silencioso, y apócrifo. La suerte de Peter es que según transcurra la noche terminara como siempre, ahorcado sin rostro en su botella.

La primera vez que llegue a este bar, todo era nuevo, había vasos que desconocían la barra, hoy los vasos tienen la forma de la barra. Este bar es tan particular que solo existe una bebida, el brebaje de la semana, cada semana Peter busca afanoso el peor alcohol al mejor precio. En otros bares la clientela tiene arraigado el vicio de beber, en este la clientela tiene arraigado el vicio de morir, eso sí al precio más económico. Peter no saluda como de costumbre, una vez me dijo que el saludo tiene un plus de amistad.

Me sirve la potente pócima esclarecedora de la noche, esta semana por lo que veo hay suerte, las gotas que caen sobre la barra corroen las manchas que produjeron otros brebajes, si tenemos suerte, y nos aplicamos, al final de la semana la barra estará limpia y reluciente.

Aquí viene Johnny, directo a sentarse a mi lado y a darme una de sus charlas justicieras. Johnny Walker es un tipo extraño, de esos que tiendes a esquivar en cualquier situación, lleva siempre una sombra que parece medir cuarenta metros y un día, y tiene unos ojos tan pequeños que casi no le caben las pupilas. Pero en este antro solo se habla con frases entrecortadas y nadie hace preguntas para las que corre el riesgo de obtener respuesta., por lo que nadie sabe a ciencia cierta a que se dedica cada uno fuera de las paredes de este bar. Johnny es un tipo que se toma la vida con calma, todas las mañanas, al salir del bar pide en el kiosco de la esquina el periódico de ayer, dice que las noticas están más reposadas.

También entra Mary, se coloca del lado contrario de la barra, Mary tiene los restos de lo que fue una mujer exquisita, hoy es un cuerpo que desplancha la ropa, no es la más joven, ni la más flaca, ni tiene el cutis más terso, tampoco tiene el pelo más llamativo, pero siempre tiene una sonrisa y un buen consejo para echarle más incógnita a la vida. Realmente no se su nombre, como el de nadie, la llaman Bloody Mary, y le llega que ni pintado el nombre, parece tener a su borde un halo de sal gorda mojada en lima y parece estar siempre adornada con alguna verdura, además siempre lleva buenas partes de vodka aderezadas con el tomate sobre sus piernas….la pimienta negra y el tabasco bien pudieran ser los restos de su apasionante vida.

Johnny me dijo un día que Mary es la clase de mujeres que esperan toda la vida la llamada que tanto tarda en el teléfono, que a las mujeres como ella les encanta el día siguiente, pero detestan la posteridad. …aun así Johnny un día la propuso matrimonio, dio una calada honda a su cigarrillo e hizo un anillo de humo como prueba de compromiso…. Mary tardo más en ser virgen que en darle calabazas… aun así Johnny a día de hoy siempre hace un comentario cuando ella entra:

Johnny:
.- Mira chico, mira bien esa mujer, una mujer es elegante cuando el hombre que la ve desnuda la recuerda vestida…y recuerda siempre que a pesar de lo que ves, las mujeres elegantes no mueren, pasan de moda…

Yo.-
Aha, tienes razón Johnny… (Nunca termino de entender a este hombre cuando me cuenta las cosas, siempre tardo varios días en resolver sus enigmas….)

Johnny:
.- Mira chico, esa mujer me negó su compañía un día, ahora prefiere espiarme desde los castros, desde el catre de otro, no creo que logre nunca saber quién es realmente….

Yo.-
Aha, Johnny… (Cada vez me pone más difícil sus enigmas….)
….se escucha un sonido sordo lejano en el bar, es el teléfono de Johnny…

Johnny:

.-Si, soy yo…
……… …… ……..
.- No creo que el odio sea suficiente razón para matar a un tipo, pero puede ser un buen motivo…
……… …… ……..
.- Bueno, es igual, la diferencia entre razón y motivo reside en el cinismo…
……… …… ……..
.- Entendido, no tengo más que decir, ahora le advierto….

Johnny marca un número calmado sobre su teléfono y se limita a recitar una frase y cuelga

“Soy Johnny, tengo las pruebas y la sentencia amigo, así que, procura cometer el delito…”

Johnny me mira y con esa rapidez de expresión me comenta una de sus doctrinas:

“Mira chico, aunque te equivoques en esta vida trata de hacer lo que tengas que hacer, tarde o temprano encontraras los motivos. Una vez estuve a punto de matar a un tipo, cuando lo tenía encañonado me preocupo que solo pudiese matarle una vez, y no lo hice porque me preocupaba también que pudiese olvidarme…y eso chico, yo no lo puedo consentir….”

La luz entra ya por las moribundas ventanas del bar, es madrugada, es hora de retirarse….sé que duermo poco, pero la muerte no me vigila porque lleva el sueño cambiado, aun así todavía es pronto para arroparme entre las letras de una esquela. Es hora de retornar a la habitación de la vieja pensión, dejo el bar lleno aun, aquí la clientela aunque van tirando están demasiado acostumbrados a morir… Llueve lento al salir, a la derecha, al fondo, cerca del semáforo se adivina un párrafo de personas en dirección hacia su vida… a la izquierda la calle está vacía y corre un viento donde hace cola el perfil del frio, es mi dirección…. La penumbra me sienta como ropa vieja en la mirada….