jueves, 1 de abril de 2010

Circunloquio de generalidades en un rodeo de vaguedad sobre una perífrasis.

La palabra es la personificación de la oscuridad y la sombra, llena rincones y agujeros del mundo, requiere densa niebla de oscuridad y rodea los bordes del mundo, llena los sombríos lugares subterráneos, es descendiente de Caos.

Verdad o mentira, la palabra es solo la balanza con que la conciencia mide el peso.

La palabra solo es el reflejo de la acción y su verbo es la estúpida consecuencia del hecho ante la vida. Pudiendo encontrar en la palabra la razón propia del ser, no se porque nos empecinamos en hechos que solo son el resultado de momentos de días mas estúpidos aun, condena y conciencia real la palabra deja de ser paraíso y se convierte en Teogonía de Érebo

Y la nombro y el miedo vence mi garganta, fuera de mi ella quiebra se vuelve ala muerta...La palabra es querer y no poder, divisa triste e inútil de sentimiento que se desdibuja, zozobra y se agota en el contexto de quien la recibe, ella solo es espera.

Y con ella el miedo vence mi garganta y el mismo miedo hiela mi alma, y mi ser tiembla. Es amor, abrazo con heridas y pisa en falso sobre el hielo, sobre el cielo.

Es flor del falso nombre, duerme solitaria, es pequeño bosque sobre mi pecho, es viejo llanto, alegría y tristeza. Vive en un rio de virtud, en soledad brutal frente al insomnio, es sacrificio y noche ciega.

Es frágil nido lleno de vida, espacio inundado en veneno, despiadada y piedad, ángel caído y Gabriel en verso. Muta de enlutada ingenuidad adolescente a doblez
de incredulidad madura.

Es lo que mata y lo que ahoga, pequeño ideal de ir viviendo, lo que da vida y esperanza. Pero sobre todo es una triste estatua, polvo de nada, sorda y cautiva sin sentimiento.

Hubiese transcurrido como un sueño si no las hubiese sentido, y no me canso…


Estoy desnudo al amanecer en este último piso abuhardillado.
No sé si ponerme a cien o darme una tregua en el lavabo.
No tengo dinero para el tren, que me lleva a tu barrio.
Necesito aire en el pulmón, del cielo de tus labios.
La ventana ha cedido al Sol, que me aporta calor y algo de pena.
No queda nada de alcohol, quién fuese Cristo en la última cena.
No sé si mandarte una postal tatuada de ilusiones, o alucinarme un carnaval lleno de pasodobles.
Mi corazón vadea a popa, no sé dónde está mi ropa la habré perdido junto al miedo.
No me canso de quitarme el sombrero.
Cuando llueve por mojarme las canciones y no me daré cuenta, en esta puta vida que lo que yo quiero. es llenarte tus rincones.
No me canso de mirarte a la cara.
No me canso de vivir en escenarios y no hay más adversarios, que nosotros de espaldas.
Que el amor son tres flores, que se riegan a diario
Las pupilas ya sacian su sed, en el veneno de la enredadera.
Invento el color también, de las vocales con sabor a fresa.
Visita la tarde verde azul, ángel de luz de cárcel.
La mar arde y no estás tú y se hace menos tarde.
La ventana prescindió del Sol, que va de emigración hasta mañana.
Ýa llegó la ansiada Luna, que nunca nos evita las miradas.
Hay un paraíso en cada piel y un dios en cada hombre.
Yo sigo poniendo en el sofá, cojines de canciones.
Mi corazón vadea a popa, no sé dónde está mi ropa, la habré perdido junto al miedo.
No me canso de quitarme el sombrero, cuando llueve por mojarme las canciones.
Y no me daré cuenta, en esta puta vida, que lo que yo quiero es rellenar tus rincones.
No me canso de mirarte a la cara.
No me canso de vivir en escenarios.
Y no hay más adversarios, que nosotros de espaldas.
Que el amor son tres flores, que se riegan a diario
La vida son tres flores, que se riegan a diario.

. Carlos Chaouen (No me canso)