miércoles, 11 de junio de 2014

Murmuros de trapecio.

…en la noche crecen las luces, esas luces que parecen hacer feliz a la gente… y se acuestan por su propio peso a soñar, sin ver las estrellas del negro cielo, cobijados en las luces que les dan placer….luces estrellas artificiales, artificial placer de la noche…

…en la noche existe el baile de después, el amanecer del sueño sobre una retina desata en delirios iluminados, incolora doble vida donde se mezclan las idas con las vueltas, las venidas con las avenidas, la razón con la ebriedad, las ganas con las iguanas….

…en la noche la música renquea entre perdidos ecos y sed... y el resto son cortometrajes que no vemos, olemos y vemos como vuelo acurruco de un pienso o quizás de un siento… …en la noche nacen disparos en la nuca que se transforman en susurros de vida, ilusión mágica desorbitada…

…en la noche la luna se transforma en manantial, en goteo de ebrios de vivir… y gemido a gemido la noche cae por su propio peso……en la noche la bruma se abruma suspendida a medio suspiro de un beso… y el resto de vida se fuga por una rendija, humareda sin tiempo que murmura acunada en un trapecio….

 …en la noche cada trapecista suelta su trapecio en la soledad del toque de queda…


En tu propia fuente llorará la luna, 
con lágrimas hechas de gota de seda, 
haciendo que pese la bruma en la bruma 
en la soledad del toque de queda, 
en la soledad del toque de queda. 

La mano que toca queda suspendida, 
a medio suspiro apenas del beso, 
gemido a gemido se abre la herida 
y la noche cae por su propio peso, 
y la noche cae por su propio peso. 

Por cada rendija, el tiempo vuelve a las casas 
como una humareda en la soledad del toque de queda 

Una lengua extraña murmura su precio 
y otra lengua paga moneda a moneda. 
Cada trapecista suelta su trapecio 
en la soledad del toque de queda, 
en la soledad del toque de queda.