lunes, 16 de mayo de 2011

La Senda De Retales


Y los recuerdos al aire.
Sólo recuerdo lo bueno.
Aún queda tiempo pa´ el viento.
Y que me lleve volando.....

Y miro los retazos subir y mezclarse con las estrellas, que fresca está la noche. Esta medianía de mayo, asoma vertida de noche fría, deja frío callejeando y lamiendo los restos del día…

Y miro los trozos, y veo las luces de la calla, aquí siempre en calma, un cigarrillo me va fumando, poco a poco, y reinvento melancolía sobre su roja punta, alumbra nostalgia en la noche y quema día, y no hay ruido, todos se fueron, solo quedan las candilejas de este turno sin guarida… sentarme, sentir, y vivir…

Y miro los recortes, en eterno vaivén, y me doy cuenta que siempre lo primordial fue sentir…. sentir con el alma para poder perderla a trozos, a retales en cualquier día, en cualquier noche, al candil de un cigarrillo y mirando el haz de humo, humo vida, ya fumada, para subir y mezclarse con las estrellas o con las llamas….

Y miro, y escribo paridades disparejas, intentos de verbo que pretenden igualar lo inigualable. Disparejas sensibilidades, conjugar la vida en dos personas verbales, fonética descarrilada…. (Me invento con nosotros desde esta la silla rota y poco queda para el tu).

Y miro, y quizás… algo de miedo, las columnas inmensas de Hércules sujetan la nada, porque nada sujetan. El miedo siempre baila con el tiempo al son de una quimera de futuribles…. Ajada de nada en antaño, soportada tal cual, y multiplicada varios universos dolientes. “Miedo” que palabro…. sentimiento encogido, lastrado en el borde de uno mismo. Aunque imagino que si alguna vez se expandiera, su universo seria el caos, o la paridad mas cercana a la muerte de lo sensible. Quizás entonces, solo miedo consentido, sentido a corazón doliente, recolocado en su sitio, en su orden natural, atento y preparado, cada cosa en su sitio, en el orden natural del que siente, solo miedo preñado de impotencia.

Puedo trasportarme a mil mundos sobre tu pelo, perderme enrollado en el, mecer cielo sobre sus puntas, ser viento, mar y reamar. Puedo despeñarme por tu hombro, sentirme aterido, sobrecogido, perderme en espiral sobre tus sueños, creyéndome tu dueño….puedo…puedo…puedo….
laberinto irreal
donde mi vida empieza.




El insomnio es largo