lunes, 23 de mayo de 2011

Síndrome de Esto y colmo

Me gustaría escribir este cuento con los ojos cerrados, para ver mejor las cosas. Cuando se cierran los ojos siempre hay tonos de luz en forma de chispas o de estrellas…. se pasean por ese espacio negro que no vemos, esos destellos iluminan la imaginación. Dentro de la imaginación hay una maleta y una chistera y cien o dos mil cosas más… En la maleta metemos recuerdos… los que pasan, y los que no….. Como de la chistera , que sacamos cuentos y dibujos y músicas y... qué más da…. Algunas veces los cuentos nos salen bien, y otras peor. Pero siempre contamos cuentos, para leer, para vivir, para intentar vivir…. O simplemente para tener esa maleta tan gorda, que las palabras salen como espuma en la cresta de ola….

Esperé sin esperar, emocionado sin emoción. Te recordé mansamente, presintiendo que no venías, sabiendo que no llegaras...

Recordé la caricia que no me rozará, me moje con cada beso sin sentir su humedad, me estremecí con cada deseo, acumulando ansias, ganas, y más…

Sentí calor con tu recuerdo, dibuje tu sonrisa, tu rostro, tu vientre….y mas…imagine cada instante de ti delicioso….incluso casi lo pude tocar…

Me dejé guiar por la brisa, sentado en la memoria que aún puede volar, sólo pude sonreír… lo que se anhela es irreal, un des-hecho solo para volar… me deje en el olvido, sin más…

Palabras sobre límites pequeños, aquí y allá, fragmentos de vino y rosas,
y después, sonidos para el tacto:

Dice Andrés Suárez:

Es una historia del Alzheimer, es el olvido de la propia vida y de los restos.
Es una carta que encontró Rosa, de Manuel, cuando todavía podía recordar, hasta el ultimo día se había olvidado de los nombres de las personas que le rodeaban, pero no olvido la letra de los boleros y de los tangos que cantaba a los Rosales. Esta es su historia…


Andrés Suárez - Rosa Y Manuel



Tu nombre es una planta que hay delante del portal y no recuerdo…
El nombre de la calle se parece al del mantel pero al revés…
La playa que hay al lado debería contar algo que hicimos de jóvenes…
Te veo tan bien…
Supongo me miras extraña por no hacer de rey en este palacio…
No conocer el reino pues ayer tuvieron que irme a recoger…
A una casa arruinada creo que vio nacer a alguien y hoy te juro no sé quien es…
A veces alguien llora mientras duermo…
Y rosa aprieta el pecho contra tallo…
Y rosa se marchita en un papel…
Que se encontró limpiando entre caricias y recuerdos que firma abajo Manuel…
Recuerda tú que puedes, recuerda tú que puedes…
Y ella le enseña las fotografías…
Y él le pregunta y este niño quien es…
Y si Manuel se nubla ella lo abriga y hasta olvida, que ayer le enseño a comer…
Y el niño de la foto ya ni asoma, cansado que vivir no es responder…
Y rosa que aun se arregla cada tarde le asegura: Mañana sabrás volver…
Al hogar que hicimos juntos media vida…
En el sueño habla Manuel…
Amor se te olvide la pena, cuando un día me duerma y se acabe el dolor…
y te hablare de todo, no olvidare los pasos, bailando en el salón…
Te pediré perdón por olvidarme, de nuestra fecha amor…
Y me vestiré solo, y correré hasta el parque…
Cuando un niño en la tarde, conmigo se enfado…
Como devolver el beso y el abrazo, que llorando me dio…
Amor y cuidaras los rosales…
Que plante antes del viaje…
Les cantaras por mi cualquier canción…
Y volveré cualquier tarde…
Para conmigo llevarte…
Y no recordarte tanto…
Corazón…
Adiós.


Recordar.
(Del lat. recordāri).
1. tr. Traer a la memoria algo. U. t. c. intr.
2. tr. Hacer presente a alguien algo de que se hizo cargo o que tomó a su cuidado. U. t. c. intr. y c. prnl.
3. tr. Dicho de una persona o de una cosa: Semejar a otra.

Recuerdo.
1. m. Memoria que se hace o aviso que se da de algo pasado o de que ya se habló.
2. m. Cosa que se regala en testimonio de buen afecto.
3. m. Objeto que se conserva para recordar a una persona, una circunstancia, un suceso, etc.
4. m. pl. memorias (‖ saludo por escrito o por medio de tercera persona).